Etiqueta: no ficción
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Los ojos de miel
No recuerdas muy bien cómo pasó. El caso es que habías salido de la revista más o menos temprano y decidiste ponerte a caminar y caminando llegaste a Miraflores, a la puerta de una discoteca a la que ya habías ido antes. Es jueves, pero qué diablos, te dijiste, y entraste. Haces cola brevemente, pagas,…
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O tetracampeão!
Venga un puñado de impresiones luego de la final de Brasil 2014. Qué alivio no ser futbolista: no podría andar con los brazos todos tatuados. ¿Cómo se hizo esa herida Schweinsteiger, acaso tan punzante es un manazo? Qué guapas las novias de los alemanes. Así cualquiera campeona. ¿Qué hay en un apellido impronunciable o en…
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¡Es una trampa!
El tráfico limeño sí que lo hace a uno pensar. Por ejemplo, recordé la vez en que me plantaste en el concierto de los Bomba Estéreo de Colombia. Ésos fueron más de cien soles que hubo que desperdiciar, ¿sabes? Conciertazo te perdiste. Menos mal que al final Liliana Saumet me mandó un beso volado de…
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Stars (1995), por Hum. Reencuentro y fascinación
No puedo quedarme callado. Acabo de leer algo que debo compartir con todos. Buscaba yo la canción «Stars», del álbum de 1995 You’d Prefer an Astronaut, de la banda Hum. Ése era el sonido que, por ejemplo, se oía en la radio en 1995, cuando yo estaba en quinto grado de secundaria, a punto de acabar…
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Viaje al Brasil en el Perú
El viernes último me fui a Brasil. Llegué justo tras varias horas de trabajo en una imprenta en Jesús María, donde estuve revisando el texto de un libro. Nada mal llegar a Brasil tras el trabajo, me dije, con alguna sonrisa. Llegué de noche. Mi pecho vibraba un poquito, más del frío que de la…
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Nocturno agitado: Cuatro escenas pequinesas con coda limeña
Pekín y Lima tienen seguramente muy poco en común; como, por ejemplo, el hecho de que ambas ciudades viven en mí en estos días: una pues porque en fin; y la otra, pues por la TV. Por ejemplo, de noche, anteayer. 1 Veía yo de madrugada la competencia de ciclismo BMX -que es una especie…
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Las pesas de la vida: Relato pequinés
Confieso que he amado mujeres más fuertes que yo. Tenían cuatro o seis veces mis brazos, y levantaban hasta más de dos veces mi peso, pero no me importó: aprendí a quererlas. No recuerdo qué día fue de esta semana, sólo recuerdo que era ya bien entrada la noche, y que estaba viendo la gimnasia…