¿Cómo se pasa una feliz Navidad cuando la felicidad es un recuerdo?
«Have yourself a merry little Christmas» es mi canción navideña favorita. Compuesta por Hugh Martin y Ralph Blane para la película musical Meet me in St. Louis (1944), ha tenido una larga historia con numerosas interpretaciones.
Originalmente, quizá influida por el ánimo dolorido de la Segunda Guerra Mundial, la letra era más bien triste. Hablaba de los cambios que trae el tiempo, de las personas queridas que se van para siempre, de la soledad, de los tiempos difíciles, de la añoranza, en consecuencia, de un pasado mejor cuyo recuerdo lastima. Era una canción de Navidad única, que hacía hincapié en la posibilidad siempre latente de la tristeza de invadir las vidas humanas, incluso en momentos festivos.
Por ello, la letra fue cambiada en más de una ocasión. Primero, fue la propia Judy Garland, protagonista de Meet me in St. Louis, quien pidió ajustes. Su personaje se la cantaba a su pequeña hermana en un momento difícil, por lo que la letra omitió las referencias a las pérdidas en favor de la posibilidad del reencuentro. Más adelante, Frank Sinatra también pidió acentuar el carácter festivo de la Navidad en la letra, con el verso «Hang a shining star upon the highest bough».
Con todo, la canción siempre mantuvo su peculiaridad melancólica, su conciencia de cómo el tiempo lo transforma todo. Incluso las modificaciones celebratorias consiguieron, quizá sin proponérselo, acentuar este contraste entre el pasado feliz, acaso inocente, y el presente transfigurado por la pérdida y el dolor. La voz invita a la esperanza («Let your heart be light») y al deseo de un futuro mejor («Next year all our troubles will be miles away», «Someday soon we all will be together»). Por supuesto, la esperanza se vuelve punzante cuando la dureza del presente mueve al corazón al anhelo de lo ideal, y se suele desear un futuro mejor cuando el presente no tiene mucho que ofrecer.
Pero no todo está perdido. Los amigos, la familia, pueden haberse ido. La salud puede haberse deteriorado. Los ahorros pueden haber desaparecido. El futuro, siempre magnífico en posibilidades, reparte a un tiempo esperanza y ansiedad. Está bien dolerse por la pérdida. Está bien angustiarse ante los males por venir. Es humano. Como también es humano ponerse de pie y aventurarse a la felicidad desde la situación de cada uno, aunque ello implique abrirse camino, de una manera u otra, en el lodo de la adversidad. A quienes tomen esa decisión, Scott Weiland, mi intérprete favorito de este tema, nos dice: «Have yourself a merry little Christmas now».
Imagen de cabecera
Álvaro Sialer Cuevas. Retrato de Scott Weiland cantando «Have yourself a merry little Christmas». 2023.

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