Balada para Andrea y Vic en el día de su boda

Ahora que estamos aquí reunidos
nosotros, del amor espectadores,
digamos a cuantos nos son queridos
—refiérense así si dan dolores—
esta balada. Sé que hay mejores,
aunque la mía tiene su pujanza.
Escuchen lo que digo, mis señores:
conozco aquel lugar con esperanza.

Vivimos unos tiempos muy jodidos.
Inquiérase doquiera en derredores:
conocerán traidores y bandidos,
truhanes que se creen legisladores
o fiscales que a fin de ser peores
rivalizan por ver quién mejor transa.
¿Vadearemos la hez de malhechores?
Conozco aquel lugar con esperanza.

A veces nos parece que son idos
los tiempos más felices, y dolores
vemos por todos lados repartidos.
A veces pasa que un jardín sin flores
reluce en la mañana sus colores
ocultos en la noche. La confianza,
solo ella hace decir en los albores:
«Conozco aquel lugar con esperanza».

Andrea, Vic, sepan: son los mejores
amigos en el vaivén de esta danza.
Por la tenacidad de sus amores,
conozco aquel lugar con esperanza.

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